¿En qué consiste la perseverancia?
¿En qué consiste la perseverancia?

¿En qué consiste la perseverancia?

Conversaba con un amigo que me decía: “a todos nos toca tener nuestra propia medida de sufrimiento.” Ponle el nombre que quieras. Dificultades, adversidades, problemas o aflicciones, nadie está inmune, tienen piernas más veloces que nosotros en la carrera de la vida y a todos nos alcanzan.

Lo importante a considerar es nuestra actitud ante las circunstancias de la vida. Nuestra actitud determinará si saldremos vencedores y con la cabeza en alto o nos dejaremos apabullar o destruir.

El Señor Jesucristo dijo:

Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre (Mateo 7:7-8).

Estas palabras están escritas en presente imperativo, que en el idioma original dan la idea de continuidad. No es algo que se hace una vez sino de forma repetida hasta que da el resultado deseado. Se podrían traducir como: sigan pidiendo, sigan buscando y sigan llamando.

Pedir, buscar y llamar sin cesar, sin detenernos, sin amilanarnos por las circunstancias, es la definición bíblica de la perseverancia.

Primero, insistir

Cuando algo no sale como estaba planeado, no podemos cambiar de opinión. El ser insistente en un tema, en un proyecto, o en la oración, trae consigo la bendición esperada.

Insistir tiene la raíz latina sistere, del verbo sisto, que significa ubicar o colocar o aparecer. Cuando insistimos, nos ubicamos en una posición firme de la cual no nos movemos con facilidad.

Esto implica que no estamos cambiando de opinión en cuanto a lo que pedimos o buscamos o llamamos. El problema es que somos variantes en nuestra opinión de las cosas, y en nuestros deseos. No nos enfocamos, sino que un día pedimos algo y al otro día pedimos algo diferente.

Si somos movidos de nuestra posición, hay otra palabra para eso: desistir, y es lo opuesto a lo que el Señor nos dijo que hiciéramos.

Insistir es ser determinado.

Segundo, persistir

Cuando algo no sale como estaba planeado aún, no podemos dejar de insistir. Insistir a través del tiempo es persistir.

El ser persistentes implica que estamos dispuestos y disponibles a la paciencia; que hacemos de la paciencia nuestra aliada. No nos desanimamos al primer “no” o al primer fracaso. De hecho, el fracaso es la escuela de la persistencia.

Hay cosas que solo producen fruto a su tiempo y no por mucho que tratemos de acelerarlas las vamos a poder ver madurar antes de tiempo. Además, la persistencia mantiene viva la expectativa ingenua de que la respuesta está en alguna parte y podemos hallarla si seguimos buscándola.

Persistir es ser paciente.

Tercero, resistir

Cuando algo no sale como estaba planeado por tanta oposición, no podemos dejar de persistir. Persistir a pesar de los obstáculos es resistir.

Estamos en una carrera de obstáculos. Durante nuestros proyectos vamos a encontrar opositores, detractores, envidiosos o aprovechados que van a querer desanimarnos y hasta robarnos. No falta el que no solo deje de apoyarnos sino que además nos ponga toda clase de trabas. De algunos podrás deshacerte, pero con otros vas a tener que aprender a vivir (en especial si son parte de tu familia).

En otras palabras, no todos los obstáculos en la vida se pueden brincar o evitar; a no todos se les puede dar la vuelta. Muchas veces nos toca pararnos con firmeza en contra de la oposición.

Tal vez no podamos impedir que los dardos de fuego lleguen a nosotros, pero resistir significa que tenemos la actitud correcta para apagarlos cuando lleguen.

Resistir es ser luchador.

La persistencia mantiene viva la expectativa ingenua de que la respuesta está en alguna parte http://vla.lu/be0 #devocionales Share on X

Y entonces, existir

La perseverancia es el ingrediente secreto de todo lo visible. En este sentido, la perseverancia es fe terca, que no se rinde, porque tiene “la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).

Cuando perseveras puedes ver resultados que antes no estaban allí. Esta es la cosa: La selección de palabras de Jesús no pone énfasis en la cosa pedida, buscada o llamada, ni tampoco en el rango de quien da respecto de quien pide, sino en la actitud que se desarrolla en quien lo hace. Es decir, no importa lo que pides o a quién se lo pides, sino en quién te conviertes en el proceso.

Puede que no te den exactamente lo que pediste, pero algo cercano o parecido te darán. Puede que no encuentres aquello que estabas buscando, pero siempre encontrarás alternativas viables. Puede que no te responda quien llamaste, pero otro te va a responder, y los resultados te sorprenderán y te formarán.

En el proceso de la perseverancia, si no recibes lo que pides, ni hallas lo que buscas, ni se abre la puerta que llamaste, te garantizo que siempre recibirás, hallarás y se te abrirá una puerta a un nuevo tú.

Y en esto consiste la perseverancia: Insistir, persistir y resistir para que llegues a existir.

Proceso de la perseverancia
Proceso de la perseverancia

Te invito a que hagas conmigo esta breve oración: “Señor, me pides insistir, persistir y resistir antes de existir. Ayúdame a convertirme en una persona perseverante y llegar a ser todo lo que necesito ser. La vida contigo es una aventura emocionante.”

Insisto, persisto y resisto para que dejes tu comentario en el blog y compartas esta reflexión.

Y tú, ¿te consideras una persona perseverante? ¿Cómo enfrentas las dificultades de la vida?

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