Pues bien. Nosotros somos los proyectos de Dios y Dios es nuestro gerente de proyectos. El apóstol Pablo escribió desde una cárcel en Éfeso a los cristianos de Filipo (Filipenses 1:6):
Estoy seguro de que quien comenzó en ustedes la obra buena, la llevará a término hasta el día de Cristo Jesús (Biblia de Nuestro Pueblo).
Somos los proyectos de Dios y Dios es nuestro gerente de proyectos.
Un proyecto se define como una actividad finita, dirigida, productiva y única. Es finita porque tiene un comienzo y un final. Dirigida porque necesita planificación y control a través del tiempo. Productiva porque alcanza resultados específicos. Y única porque los resultados son sin iguales.
Iniciación
Dios comenzó algo en ti. Pablo muestra que la actividad de Dios es finita: tiene un comienzo y tendrá un final. Las circunstancias presentes no son para siempre. Estás en el meollo desde el cual brotará la perfección de Dios. No te desanimes. No cedas ante la dificultad de ahora. No renuncies a la fe.
Dios es un buen gerente de proyectos. No deja a nadie inconcluso. No comienza nada para probar a ver si sirve. No se queda a mitad de camino.
Tú también. Comienza algo para Dios. Eso que te ha estado dando vueltas en la cabeza y en lo cual no dejas de pensar. Deja de hablar tanto y empieza ya. Dios está contigo y utilizará tus propios proyectos para afianzar el Suyo.
Planificación
Dios hace una buena obra. Todo lo que hace es bueno. Él Tiene el propósito de perfeccionarte aunque te cause incomodidades. Hay una injerencia de parte de Dios. Ya que nada mejora sin que se le invierta entusiasmo, esfuerzo, y energía, Él ha tomado la iniciativa.
Dios está entusiasmado por ti. Te está entregando todo su esfuerzo. Está dedicando toda su energía al proyecto que se llama “tú.” Te da su atención sin divisiones ni distracciones. Ya inició tu proceso y ahora lo supervisa por medio del Espíritu Santo que vive en ti para garantizarse el éxito.
Tú también. Aparta tiempo sin distracciones y siéntate a planear. Toma papel y lápiz, si es tu preferencia, o tu computadora. Ora a Dios. Luego escribe todo lo que se te venga a la mente con respecto a ese proyecto que has pospuesto.
Ejecución
Dios te perfeccionará. Él hará que abundes más y más en ciencia y en todo conocimiento (Filipenses 1:9). Que te desarrolles al máximo.
El Comentario del Púlpito dice: “La buena obra es la auto-consagración, el sacrificio de sí mismo, del alma y de los cuerpos, entregados en la cooperación de la labor y de la caridad. Esta metáfora sacrificial recurre en [Filipenses 2:17]. Que dice: “Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros.””
Pablo entendía que su sacrificio en las prisiones era como libación (sacrificio pequeño) derramada encima del sacrificio de Cristo en la cruz (sacrificio mayor). Su sacrificio palidecía ante el sacrificio del Cordero. ¿Entonces? Dios ya sacrificó todo lo que Él tenía que sacrificar. Sacrificó todo lo que Él tenía.
Tú también. Tienes que sacrificar. Pon toda la carne al asador. Permanece en el altar. Trabaja en tus proyectos. Al permanecer en el altar, sacrificas tus inclinaciones y pasiones y Dios las substituye por Sus invitaciones y pasiones. En el altar, tu amor abunda, tu sinceridad crece, tu conocimiento se desarrolla y tu justicia resplandece. Tus proyectos avanzan… en el altar.
Clausura
Dios te llevará a término. ¿Cómo le gusta a Dios tu carne puesta en las brasas? ¿Término medio? ¡No! Bien cocida. Tan cocida que la quiere hecha cenizas. Esta es tu participación: permanecer en el altar. Esta es la participación de Dios: consumir el sacrificio con el fuego del Espíritu Santo.
Dios se ha prometido a Sí mismo no soltarte hasta que llegue el día de Jesucristo. El día de Jesucristo será el día de su segunda venida. El día del cumplimiento de todas sus promesas. Entonces seremos hallados irreprensibles. Completos. Nuestros proyectos culminados serán “para gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1:10-11).
Somos los proyectos de Dios y Dios es nuestro gerente de proyectos http://vla.lu/nsj #meditaciones #devocionales Share on XTú también. Haz esta breve oración: “Señor, ayúdame a permanecer en el altar, donde el fuego pueda consumir toda mi carne, hasta llegar al día de ser irreprensible. Ayúdame a culminar los grandes proyectos que tengo para ofrecerte la gloria y la alabanza total. Amén.”